EL ciclo festivo camina irremediablemente hacia su final, va cumpliendo todas las estaciones marcadas, y una de esas últimas estaciones que aparecen en el panorama festivo es el fin de semana en el que la ciudad de Castellón celebra la festividad de otro de sus copatrones, San Cristóbal.
Una fiesta, que a lo largo del tiempo ha ido cambiando su forma, pero manteniendo los actos religiosos combinados con los lúdicos: la misa en honor del patrón y la posterior bendición de vehículos en el apartado religioso; un concierto por la banda municipal; y sobre todo la cena de sobaquillo en el Palau que sirve como colofón al ejercicio festivo por parte de todas las asociaciones y entidades junto con las Reinas, Damas y Junta de Fiestas.
El jueves 5 de julio, en la plaza Mayor, tuvo lugar el concierto por parte de la Banda Municipal, donde se estrenaron diversas piezas de autores castellonenses y algunas de ellas interpretadas por primera vez por la Banda Municipal.
El sábado 7 de julio, a las 11 del mediodía tuvo lugar el acto litúrgico en la Catedral de Santa Maria. Finalizado el mismo, se pasó al tradicional reparto de cintas y bendición de vehículos en la calle Mayor. Ataviados con el traje típico de castelloneros, Hugo, Noelia y Paula, nuestros cargos 2018, acompañados por el presidente Esteban Gual, representado a la Farola Ravalet, estuvieron presentes en la misa para luego, acompañar a la comitiva y ayudar en el reparto de las cintas. Un acto religioso que contó con la presencia de Reinas y Damas, corriendo el apartado musical a cargo de la Rondalla Vora Sequia.


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